He aquí otra colaboración conjunta y coordinada del colectivo Hola Eco. Esta vez para celebrar el día Mundial del Medio ambiente, un momento perfecto para tomar conciencia del cuidado que merece nuestro planeta y pasar a la acción. El eslogan de este año es ”Vuélvete salvaje por la vida”, todo un grito contra el comercio ilegal de especies. Una denuncia más sobre la creciente presión que el ser humano ejerce sobre los sistemas naturales. Este año me quiero sumar a la causa aportando un plan de acción contra el hiperconsumo, es decir, esta tendencia descontrolada a adquirir, gastar o consumir bienes, muchos de ellos innecesarios.

Imagen: Organicus
Bien sabes que los recursos naturales de la Tierra son limitados y si seguimos consumiendo a este ritmo agotaremos las reservas de nuestro planeta en un abrir y cerrar de ojos. La cadena lineal que nos lleva a comprar, tirar y comprar de nuevo ilimitadamente debe ser reemplazada por un modelo económico más sostenible que permita hacer más con menos. Y es precisamente en este nuevo esquema de desarrollo donde conceptos como el “do it yourself, DIY”, el residuo cero (zero waste), el reciclaje y la reutilización de materiales encajan a la perfección. ¿Todavía no sabes cómo estos gestos pueden ayudar al planeta? ¡Pásate por este artículo!.
Ahora bien, obviamente no todo lo podemos fabricar o reutilizar. El consumo también es necesario; pero, ¿y si lo ejercemos de una forma más moderada?, ¿y si nos convertimos en consumidores más informados y responsables? Esta es mi propuesta para conseguir un consumo más moderado: un esquema mental muy sencillo, aplicable en tu día a día, y que puede aportar grandes beneficios para el medio ambiente:

Imagen: Organicus
Básicamente, cuando estés pensando en adquirir un producto, debes hacerte dos preguntas fundamentales. La primera sería, “¿realmente lo necesito?”, seguida de “¿puedo fabricarlo yo misma?”. Si la única opción posible es la compra, entonces hazle un favor al medio ambiente y a la sociedad en general: lee las etiquetas. Busca dónde se ha fabricado el producto, infórmate sobre qué tipo de ingredientes contiene, observa si existe un envoltorio y de qué material está hecho… en definitiva, mira que sea lo más sostenible y ético posible. Y por supuesto, adecuado a tus necesidades.

Imagen: Organicus
Dicho esto, no puedo acabar sin antes citar una frase que tan sólo he repetido un centenar de veces en el blog. Esta vez en forma imagen, para manipular vilmente tu cerebro y grabarla de forma inconsciente en tu mente 😉
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Carmela
7 junio
Genial esquema! Incuestionable 😉
Yve Ecocosmopolita
7 junio
¡Perfecto recorrido al consumo responsable!!!
Más claro imposible, Sólo añadiría antes de las etiquetas algo como “¿Puedo conseguirlo de segunda mano o intercambiarlo?” 🙂
¡Gracias Anna por ese post! Un abrazo
Noemí Rodríguez
8 junio
Qué buen gráfico Ana, me ha encantado! Cada vez me resuena más lo sencillo es lo que me resuena como auténtico.
Un abrazo!
Susana Leguizamón
9 junio
Clarísimo todo. El problema en Argentina con nuestro gobierno neoliberal es que se hacen mal las cosas. Ej: no hay contenedores diferenciados y todo va al mismo lugar lo que da por resultado que tenemos el CEAMSE que es un vaciadero en plena Ciudad Autónoma de Buenos Aires, pegado al Río de la Plata (un horror) no hay forma de separar la basura en bolsas verdes o negras porque nadie hace diferencia entre ellas y ahí va todo. Si se tomara conciencia se utilizarían las verdes para reciclables.. En fin, es un problema. Lo único que queda es la acción individual, palabra que no me agrada para nada. Quienes tenemos conciencia tratamos de comprar artículos que vienen en envase de vidrio que es reutilizable, usar maderas que tenemos para hacer algunas cosas que necesitamos y así. Gracias por lo que hacés, es my importante.
Organicus
3 julio
Ahí le has dado Susana, porque todo empieza con una acción individual. A por ello! un abrazo enorme!
Organicus
3 julio
Gravies a ti por comentar Noemí! Y siento el retraso en contestar, he estado viajando aquí y allá… besos
Alberto
12 junio
Muy buena esa última frase. Es increíble el lavado de conciencia que te da el haber comprado un producto. Me explico, posiblemente si le dices a una persona que puede adquirir un producto gratis robándolo o a muy bajo costo maltratando a un animal o a los individuos que lo realizan te dirán que no están dispuestos a hacer eso por conseguir un artículo más barato. Bien, hasta ahí todo el mundo de acuerdo, pero ¿que pasa cuando tu no realizas un artículo?, cuando tu hallas ese artículo que quieres colgado de una percha en la tienda por ejemplo y con un precio al lado. Cuando tu pagas ese artículo automáticamente desaparece la culpabilidad porque tu subconsciente está tranquilo, sabe que está actuando conforme a la legalidad. Cuando se junta esa sensación reconfortante y placentera con una falta de transparencia por parte de la empresa que fabrica esos productos se forma un cocktail muy peligroso.
Y si le sumas el ritmo de consumo que lleva el individuo medio ya ni te cuento. Por eso es muy importante mirar las etiquetas, aunque la mayoría de personas por dejadez, ignorancia o pasotismo lo único que le interese de ella sea el precio.
Organicus
3 julio
Ole Alberto, bien dicho! 😉
javier
14 junio
Es una pena, que destrocemos el medio ambiente y halla gente muriendo de hambre y cada año se tiren alimentos y otros productos http://www.aceitecsb.es
AuroritaFlores
26 julio
me he enamorado del esquema
Carla
19 agosto
¡Genial! 😀 Viéndolo así es mucho más fácil darnos cuenta de cuándo consumimos demasiado y cómo podemos replantearnos la compra. Además, hacer las cosas nosotros mismos ayuda a mejorar nuestras habilidades y hace que todo sea más especial y único 🙂 ¡Nos encanta vuestro blog!
Organicus
19 septiembre
Muy bueno tu apunte final, Carla! Yo también he espiado tu blog y definitivamente tengo que inspeccionarlo a fondo 😉