La diferencia entre un producto orgánico y otro convencional es la manera en la que estos se producen y procesan. Los productos ecológicos proceden de un sistema de producción agrícola o ganadero que no utiliza ni fertilizantes químicos, ni hormonas de crecimiento, ni pesticidas, respetando así los propios mecanismos de la naturaleza para el control de plagas y enfermedades. Además, la agricultura “bio” se basa en la rotación de cultivos para fortalecer el suelo y devolverle los nutrientes que se llevan los alimentos conreados. Finalmente, en el proceso de elaboración de estos productos hasta su llegada al consumidor no se utilizan ni conservantes, ni colorantes, ni métodos químicos, sino técnicas tradicionales como el vacío, secado, el frío o las fermentaciones.
Es importante aclarar que en la Unión Europea las palabras “orgánico”, “biológico” o “ecológico” se consideran sinónimos cuando hablamos de productos agrícolas o ganaderos destinados al consumo humano. Aunque el término “orgánico” es más comúnmente empleado en los países de habla inglesa (organic), en nuestro país parece que tienen más calado los conceptos “bio” y “eco”. Actualmente, la producción ecológica en Europa se encuentra regulada por el Reglamento(CE) 834/2007 el Consejo sobre producción y etiquetado de los productos ecológicos.
Aunque faltan estudios científicos que demuestren que los productos orgánicos son más seguros o nutricionales que los convencionales, lo que sí está claro es que son más respetuosos con el medio ambiente y favorecen a los pequeños productores locales. Cada uno elige…
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