Querido Álvaro, alegría doble por tu pregunta: por un lado, eres chicho y eso me gusta. No me mal interpretes, pero entre mis lectores abunda más el público femenino, y me encanta que los hombres también se animen a preguntar ;). Y por otro lado, ahora que empezamos a sumergirnos en la primavera, creo que ya tocaba una entrada relacionada con el tema de las plantas aromáticas y el huerto urbano. Mi macetohuerto, por cierto, está en pleno proceso de siembra, pero esto ya lo cuento otro día.

Imagen: Organicus

Asumiendo que no me escribes para que te diga “cámbiate a una casa con más luz”,  se me ocurre una opción muy práctica, y dentro de la política residuo cero, para conservar tus hierbas más tiempo. Básicamente, se trata de mezclarlas con aceite de oliva y congelarlas. Te detallo paso a paso el proceso:

*Lo primero: conseguir las plantas aromáticas. Personalmente, te diría que apostases por la especie botánica entera, porque por precio, te saldrá mejor que las bandejas ya preparadas en los supermercados. Y oye, siempre puedes reutilizar la tierra y las macetas para otro vegetal que no necesite tanta luz.

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*Trocea las hierbas. Cuando utilizo plantas con las hojas más duras y que suelen requerir cocción, las dejo casi enteras. Hablo, por ejemplo, del laurel, del romero o del tomillo. Con otras especies de hojas suaves o carnosas, como es el caso de la albahaca, la menta, el perejil, el cilantro, el cebollino, el orégano o el eneldo, opto por cortarlas más finas, haciendo incluso a veces una especie de pasta.

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*Rellena cada hueco de una cubitera con la planta en cuestión. Más o menos dos tercios del espacio. Añade el aceite de oliva para cubrirlo todo y directo al congelador.

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Utiliza las hierbas según las necesites. Descongela los cubitos y úsalos para saltear verduras, aromatizar sopas o sazonar ensaladas, pastas, carnes, pescados, etc. Puedes preparar también mezclas de diferentes hierbas, según gustes.

Imagen: Organicus

Advertencia: aprovecho la entrada para comentar algo sobre el tema de la infusión de aceites para cocinar. Todos hemos visto alguna vez vinagreras con plantas en su interior para aderezar las ensaladas. Pues bien, cuando se maceran hierbas frescas en aceite, o incluso ajo, hay que tener en cuenta que estamos creando un medio propicio para que prolifere la bacteria Clostridium botulinum, responsable del botulismo. La escasa acidez de estos ingredientes, junto con la presencia de agua  – al tratarse de productos frescos – y la falta de oxigeno en la mezcla por la presencia de aceite, hace de esta combinación de factores el caldo de cultivo perfecto para el crecimiento de este  mircroorganismo patógeno. Por lo tanto, es una práctica que desaconsejo hacer en casa. Jamás, repito jamás, dejéis estos oleomacerados a temperatura ambiente, si queréis evitar cualquier riesgo para la salud. No existe mayor problema si utilizas las plantas secas. Tampoco si son frescas, como en el tutorial de hoy, y acto seguido la congelas durante no más de dos meses, sin dejarlas macerar a temperatura ambiente más de dos horas, ni nada parecido. Queda dicho (1, 2, 3, 4).

Referencias

1. Are You Storing Food Safely? Food and Drug Administration (FDA)
2. Clostridium botulinum Toxin Formation. Food and Drug Administration (FDA)
3. Harris L. Garlic Safe Methods to Store, Preserve, and Enjoy. 
4. Herbs and Garlic-in-Oil Mixtures: Safe Handling Practices for Consumers. University of Florida