Llega el veranito y con él la playa, la piscina, el sol y los emails pidiéndome una receta para fabricar una crema solar casera. ¿Mi respuesta? Un NO rotundo. Sé que muchas os decepcionáis ante mi réplica, pero hay productos que no se deben fabricar en el hogar y este es uno de ellos. Ahora bien, de nada sirve que yo me niegue, porque cada año aparecen publicaciones y vídeos como setas ofreciendo lociones “naturales”, libres de “tóxicos” (como no) y con un factor de protección capaz de hacer sombra al mismísimo sol. Maravilloso. Por eso, hoy me he propuesto explicarte en profundidad por qué no es una buena idea intentar elaborar este tipo de recetas en casa y, de paso, descubrirte cuál es el mejor protector solar del mundo mundial.

Imagen: Organicus

Mucha gente piensa que los fotoprotectores son un cosmético más sin ninguna peculiaridad en especial. Error. En Estados Unidos, por ejemplo, este tipo de producto se regula como si de un medicamento se tratase, porque ayudan a prevenir las quemaduras solares y a disminuir el riesgo de cáncer de piel. Una acción que va más allá de la de embellecer, limpiar o hidratar el cutis. Es nuestra salud la que está en juego. En Europa, aunque esto productos quedan incluidos dentro de la definición de los cosméticos, también existen recomendaciones específicas sobre su etiquetaje y sobre las pruebas a las que estos deben someterse para demostrar su eficacia. Experimentos que, no sólo deben medir el enrojecimiento de la piel en voluntarios sanos tras una dosis controlada de radiación ultravioleta B (UVB), sino también la protección frente a los rayos UVA en el laboratorio con equipos y técnicas más sofisticadas. Conque estamos frente a un producto estrictamente controlado por las autoridades competentes y para el cual se necesita un laboratorio que demuestre su seguridad y eficacia.

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Sabiendo esto, elaborar y utilizar una crema solar casera es una terrible idea a no ser que tengas los recursos necesarios y estés dispuesta a que tu producto se someta a todas las pruebas de laboratorio que te describí anteriormente. No en vano un cosmetólogo profesional puede tardar meses hasta dar con una formulación adecuada. Miedo me da cuando Google te devuelve unos 170.000 resultados al escribir en el buscador las palabras “crema solar casera” sabiendo que la gran mayoría son recetas que no garantizan ninguna eficacia. Sin ánimo de señalar a nadie, he llegado a ver explicaciones basadas en la depurada técnica de “la cuenta de la vieja”:

Que si mezclo una cucharada de aceite de coco con un factor de protección solar (FPS) de 7, con otra de aceite de sésamo de FPS 2, dos de aloe de FPS 4 y tres de óxido de zinc de FPS 15…. lo sumo todo…7+2+4+15 =28… y ya, mi loción tiene un factor de protección medio-alto.

Aplausos. Aunque me acabo de inventar la fórmula y los FPS, créeme, no dista mucho de lo que puedes ver por internet. Para empezar, los factores de protección no se suman. O sea que si me unto con dos cremas solares diferentes de 50 y encima añado maquillaje del 15, ¿salgo a la calle con un FPS de 115? Me temo que no… Luego, ni rastro de pruebas que demuestren la protección frente UVB y UVA. Para qué…la fe mueve montañas. Y por último, a pesar de que algunos ingredientes ofrezcan protección frente a Lorenzo, hay muchos factores que condicionan este efecto, tales como el resto de sustancias incluidas en la formulación, el pH de esta, los conservantes usados o el método de elaboración empleado. Por ejemplo, el mismo óxido de zinc, un estupendo filtro solar, debe mantener su dispersión y uniformidad en la mezcla para cumplir esta función de forma adecuada, algo muy difícil de conseguir en el hogar sin el equipo profesional adecuado.

Imagen: Organicus

Personalmente, me parece denunciable que alguien diga que puedes sustituir un fotoprotector comercial homologado por uno casero sin ningún tipo de evidencia científica que lo respalde. Para mi es como si alguien te dice que sustituyas el antibiótico para tratar la tuberculosis por ajo, porque este posee ciertas propiedades antibacterianas. Lo puedo decir más alto, pero no más claro.

Dicho esto, llegamos a la pregunta final: ¿cuál es entonces el mejor protector solar? Pues como ya habrás intuido cualquier producto comercial que encuentres en el mercado, ya que todos han superado los estrictos controles de las agencias reguladoras de tu país. No existe el protector perfecto, porque cada piel es un mundo. Tan sólo hace falta elegir el que mejor se adapte a tu fototipo, a la zona corporal que desees cubrir y a las circunstancias de utilización. En este artículo que escribí hace unos cuantos años, y que he actualizado recientemente, te doy algunas pistas sobre qué buscar si quieres saber más sobre ingredientes y formatos. También debes saber que es importante aplicar una cantidad generosa de crema antes de exponerse al sol (2 mg/cm²), renovarla con frecuencia y emplear otras medidas de protección tales como gafas de sol, sombreros o camisetas. Y claro está, no te olvides tampoco de que la mejor forma de protegerse del astro rey, y la más “natural”, es no exponerse a él, especialmente entre las 12-16 horas. Fin.

En caso de duda, consulta a tu dermatólogo.

Referencias

• European Comission. Sunscreen products
• FDA ¿Es un cosmético, un medicamento o ambos? (¿O es jabón?) 
• Gause S y cols. (2016). UV-blocking potential of oils and juices
• Kaur CD y cols. (2010). In vitro sun protection factor determination of herbal oils used in cosmetics
• Ministerio de Sanidad de España. Guía de protección solar 
• Pirotta (2015). An overview of sunscreen regulations in the world