Querida Noelia, no sé ni por dónde empezar de las cosas que se me están ocurriendo decir al respecto. Tengo a los pensamientos haciendo una melé en mi cabeza, los unos por encima de los otros, todos ahí, bien arrebujados, y no tengo muy claro si el orden de aparición será el adecuado, pero intentaré ser lo más clara y concisa posible. Veamos en qué consiste una dieta detox:

Imagen: Organicus

Antes de nada las presentaciones: el término detox no es más que la abreviación de la palabra inglesa “detoxification”, lo que aquí podríamos traducir por depuración, purificación, purga o limpieza. La mayoría de estas dietas se basan en una reducción de la ingesta habitual de alimentos, primando, entre aquellos comestibles consentidos, las frutas y las verduras; todo ello asociado además, a una imagen de final feliz en tu retrete. Aunque sería generalizar, y no es del todo correcto, lo primero que me viene a la mente cuando pienso en este tipo de patrón alimenticio son los zumos. De hecho, ya lo indicas tú. No en vano existen comunidades de seguidores de esta tendencia denominados juicers – traducido literalmente sería algo así como “zumeros”, bonita palabra –  que, personalmente, me da la sensación que cobran comisión de las empresas de licuadoras. Cuidado con esto último que no haya confusión: yo soy muy fan de los jugos y de la gente que los toma, pero no de que se conviertan en uno de los pocos alimentos ingeridos durante algunos días, porque entonces, sí vas a adelgazar, por la vía rápida, además de tener otros problemas de salud, como por ejemplo, una bajada de tensión. Por lo tanto, las frutas y las verduras son indispensables, pero complementar la dieta con más alimentos es también crucial.

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Dicho esto, el mismo nombre de la dieta sugiere que debemos limpiar nuestro ser de toxinas, en este caso entendidas como sustancias nocivas procedentes, por ejemplo, de la contaminación medioambiental, del humo del tabaco o de los residuos metabólicos generados por nuestro propio organismo al procesar los nutrientes. Cierto es que dichas sustancias circulan por nuestro organismo, pero la evolución se encargó de dotarnos con tres fantásticos filtros “purificadores”: hablo de los pulmones, de los riñones y sobre todo del hígado. En consecuencia, si no tienes ningún problema de salud que afecte a alguno de estos órganos (u otros), tú solita eliminarás todos estos desechos antes o después, sin necesidad de invertir ni un duro, ni tu tiempo, en un régimen de este tipo. A ver, es veraz que puede existir algún estudio en el que se muestre que ciertos alimentos pueden ayudar a eliminar más rápidamente algunos de estos contaminantes. Es el caso de una publicación reciente, donde se señalaba que un preparado elaborado a partir de brotes de brócoli potenciaba la depuración de ciertas sustancias (1); pero insisto, desde mi punto de vista, si tu dieta es sana y equilibrada, no fumas, ni bebes en exceso, probablemente ya estés haciendo una dieta detox a diario sin darte cuenta.

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Por todo lo expuesto, personalmente no estoy muy a favor de estas tendencias purgatorias, porque creo que básicamente se sustentan en la siguiente espiral de culpabilidad: a) has cometido un exceso, y lo sabes; b) empieza a aparecer el remordimiento; c) tu cerebro activa el mecanismo de “esto lo compenso yo rápido con una dieta detox”; d) ahora que estás limpia, puedes volver a pecar. Por lo tanto, querida Noelia, yo te diría que bebas zumos, muchos, pero que siempre sean un componente más de una dieta sana y equilibrada.

P.S.1 El término toxina es un vocablo que puede resultar inexacto científicamente hablando, pero lo he utilizado para entendernos mejor y no extenderme en más explicaciones.

P.S.2 Por cierto, hablando de jugos, aprovecho la cuña para mencionar la entrada sobre el zumo de naranja 

P.S.3 Si como Noelia, quieres hacerme alguna pregunta, no dudes en hacerla a través de “El Consultorio“

Referencias

1. Egner PA y cols. (2014) Rapid and sustainable detoxication of airborne pollutants by broccoli sprout beverage: results of a randomized clinical trial in China. Cancer Prev Research: 7(8):813-23. 

Advertencia: si tienes pensado empezar una dieta, siempre es aconsejable consultar a un nutricionista o a un médico.