Si miramos en las etiquetas de los cosméticos (cremas, champús, desodorantes, colonias, etc.) es habitual encontrar las palabras fragancias, perfume, aroma, flavor o parfum que sirven para designar un grupo de sustancias destinadas a proporcionar un olor agradable a los productos que utilizamos. Bajo este nombre se esconde un variopinto grupo de ingredientes – entre los que se incluyen desde derivados del petróleo hasta extractos naturales – que las empresas no están obligadas a declarar en detalle porque suelen estar protegidos como secreto comercial. Por lo tanto, primer argumento en contra de las fragancias: muchos cosméticos contienen ingredientes que no conocemos y en consecuencia, no sabemos si nos pueden afectar. Ahora bien, existe otro grupo de fragancias que están excluidas de esta designación general de “perfume”, dado que al ser alérgenos reconocidos (segundo argumento) sí deben ser mencionadas aparte. El listado de las sustancias que deben declararse lo dejo a continuación. Mi recomendación es que la evitéis:
Esta lista de fragancias fue establecida en 1999, pero actualmente los estudios científicos apuntan a que hay otros ingredientes que se podrían sumar a ella, puesto que también han demostrado ser alérgenos en humanos. En este caso, el número de sustancias ascendería de 26 a 82 – sin contar sustancias que ya se ha comprobado que son dañinas en estudios animales u otras que al oxidarse o procesarse en el organismo pueden dar lugar a otras potencialmente perjudiciales. Si os interesa podéis consultar la lista aquí (Tabla 13.1). Entre estos nuevos alérgenos cabe mencionar al hydroxyisohexyl 3-cyclohexene carboxaldehyde ya que ha demostrado ser un potente alérgeno (¡evitarlo!).
¿Qué puede pasar si nos exponemos a estas fragancias? Como siempre cada persona es un mundo, pero en general si personas sensibles a estas sustancias entran en contacto con ellas pueden sufrir reacciones de tipo alérgico, en especial eczemas. De hecho, se calcula que el 16% de los pacientes con eczemas en Europa están sensibilizados a los ingredientes de las fragancias. Otras reacciones incluyen fotosensibilidad o urticarias.
Entonces, la pregunta del millón: ¿si se sabe que causan reacciones alérgicas porqué se siguen utilizando?? Buena pregunta, pero la respuesta me temo que la tendrían que dar las agencias gubernamentales reguladoras o la Industria cosmética (también la alimentaria, la de juguetes…). Normalmente, el principal argumento que esgrimen es que si estas sustancias se encuentran por debajo de ciertas cantidades (0,01% según algunos estudios científicos) no son dañinas para la mayoría de la población; pero lo cierto es que como en toda estadística siempre hay un grupo de personas a las que estas mínimas cantidades sí les afectan, porque están sensibilizadas a ellas. De hecho, el mismo Comité Científico sobre Seguridad del Consumidor (Scientific Committee on Consumer Safety) así lo reconoce. Además, hay que tener en cuenta que las reacciones alérgicas a veces no aparecen por un primer contacto con un alérgeno si no por la exposición continua a este, aún y ser a dosis bajas. ¿O a caso no conocemos tod@s a alguien que de pequeño no tenía alergias y con el paso de los años las desarrolla?
¿Cuál es la solución? En el mercado ya existen productos cosméticos para la piel y el cabello sin fragancias que podemos utilizar, lo que pasa es que muchas veces los rechazamos porque no “huelen a nada” o “huelen raro”. Pensad que al final, si existen productos en el mercado llenos de fragancias es porque nosotr@s los compramos. En el caso de los desodorantes, entiendo que es más difícil rechazar las fragancias, pero debemos concienciarnos de que no se trata de hacer mal olor y volver a la época Medieval, si no de neutralizar el mal olor, y para ello no es necesario oler a “rosas”. En cuanto a las colonias/perfumes si no podéis prescindir de ellas intentad ponerlas en la ropa en vez de sobre la piel, y sobretodo nunca antes/después de haber tomado el sol.
Referencias
Nadia Perfumería
12 noviembre
¡Qué post más interesante! No obstante, nosotros creemos que no todas las fragancias tienen efectos perjudiciales. El mercado ofrece una gran variedad de perfumes de calidad que no sólo aportan un aroma sensacional, sino que cuidan de nuestra piel. Por ello, nosotros siempre recomendamos elegir modelos de calidad.