No es mi intención hacer una oda a este maravilloso bien cultural llamado botijo(aunque bien podría), sino que el título en sí me sirve de excusa para hablaros de una sustancia potencialmente dañina para nuestro organismo, con la que convivimos día a día: el bisfenol A (abreviado BPA). Este compuesto químico se utiliza muy frecuentemente en la fabricación de diferentes plásticos como el policarbonato y resinas de tipo epoxi, que luego se transforman en objetos cotidianos contenedores de agua o alimentos, tales como garrafas, biberones, moldes de pastelería o en el recubrimiento interno de las latas de comida y tuberías, entre otros. Asimismo, otros bienes de consumo como juguetes, gafas, CDs, DVDs, etc., son fabricados con estos materiales.
Pues bien, la controversia generada con el BPA reside en que se ha observado que este tipo de plásticos puede liberar este compuesto en pequeñas cantidades (especialmente si se calientan), pasando directamente a nuestro organismo principalmente a través de la dieta. Una vez dentro, el BPA es capaz de comportarse como un disruptor endocrino, es decir, puede imitar a nuestras propias hormonas y alterar así el desarrollo y la reproducción humana. De hecho, existe cierta preocupación acerca del efecto del BPA a nivel de cerebro y próstata en fetos, niños y jóvenes. Así lo apunta uno de los informes más recientes y completos sobre disruptores hormonales elaborados por la Organización Mundial de la Salud y el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
Aunque muchas compañías que utilizan BPA alegan que la cantidad liberada de este compuesto es ínfima, lo cierto es que algunos gobiernos han tomado medidas sobre el uso de esta sustancia, especialmente en aquellos utensilios destinados a bebés y niños. Tal es así, que en 2011 la Unión Europea prohibió el uso del BPA en los biberones infantiles, y el pasado 13 de diciembre la Asamblea Nacional Francesa votó a favor de una ley para prohibir su utilización en materiales de uso alimentario. En España la cosa está parada, por lo que todavía falta mucho por hacer. Aunque es evidente que la mayor presión para retirar este compuesto la pueden ejercer los diferentes gobiernos, nosotros como consumidores también podemos aportar nuestro granito de arena y dar apoyo a diferentes campañas en contra de esta sustancia, como la propuesta por la Fundación Vivo Sano. A su vez, también podemos elegir qué productos comprar fijándonos en si estos contienen o no BPA. De este modo, si queréis evitar este compuesto debéis mirar que los envases, generalmente en el “culo” de estos, no contengan el símbolo de reciclaje con el número 3 y 7. Y por supuesto, siempre nos quedará la alternativa que apunto en el título, volver al botijo (o al porrón, la bota, el barril, etc.) y a consumir alimentos frescos. Sé que lo primero es bastante engorroso y obviamente es más bien un guiño, pero cualquier otro recipiente de cristal o cerámica siempre es una buena alternativa.
Imagen: Wikipedia
P.S.: Por si no lo sabíais, el botijo es en realidad un sistema de refrigeración de agua por evaporación muy sofisticado, basado en la propia porosidad de la materia que lo forma. ¿Alguien sabe quién lo inventó? Bien merece un premio póstumo.P.S.: actualizo el post hoy día 13/04/2013 para comentaros que la Agencia Nacional de Seguridad Alimentaria de Francia ha publicado un informe en el que certifica que el bisfenol A es cancerígeno. Ahí lo dejo…
Referencias:
saida
4 marzo
Los botijos me parecen preciosos, siempre los he visto muy especiales. El plástico, nunca me da demasiada confianza, porque entre lo que contamina y lo que cuentas aquí…
Siempre que puedo intento comprar cosas envasadas en vidrio y después utilizo los envases para plantar, para hacer despensa,…
En fin, hay que ir aprendiendo poco a poco.
Ana
4 marzo
Te doy toda la razón!
Ana
Funniest Thing
23 mayo
Ana no et podrien donar un ministeri a tu?? Ens aniria molt millor!!! Tenim molta sort que algú com tu ens apropi tota aquesta info!
Em sembla que començaré per la primera entrada del teu blog i pendré nota del tot el que puc canviar a la meva vida…
♥
Ana
23 mayo
Jajaja que cachonda la tía! 😉 fa molts ràbia que ens enganyin i ens timin d’aquesta manera, tenim el dret de saber i l’hem d’exercir! Que profunda me he puesto… 🙂
Gràcies wapi!!