El propóleos es uno de esos remedios naturales que ha mantenido su popularidad a lo largo de los siglos y, hoy en día, está en pleno apogeo. Déjame que te diga que, si te declaras fiel seguidor del “green lifestyle” y no tienes esta sustancia en tu botiquín, no eres nadie… ya sabes… las modas… Aunque independientemente de esta tendencia, lo cierto es que, el también denominado própolis, tiene su trono merecidamente ganado. En la antigua Grecia, ya por entonces, bien conocían sus propiedades terapéuticas y no dudaban en utilizarlo para tratar abscesos o desinfectar cualquier herida. Los egipcios lo empleaban incluso en la momificación, porque sabían que prevenía la putrefacción de los cuerpos. Como sois unos cuantos los que me preguntáis acerca de este ingrediente, hoy te dejo una revisión para que puedas consultar toda la información sobre los usos y beneficios del propóleos en la salud.
Empecemos por el principio: la sustancia en sí, no es más que un material resinoso que obtienen las abejas de las yemas de algunas especies de árboles. Una vez recolectado, estos insectos lo enriquecen con sus secreciones salivares y enzimáticas, para luego ser usado en la colmena como si de un pegamento se tratase. De este modo, no sólo se consigue sellar y estabilizar esta estructura arquitectónica, sino también defenderla frente a posibles enfermedades, dado que al propóleos se le atribuyen propiedades antibacterianas, antivíricas y antifúngicas, fruto de su rica composición.
El material crudo está constituido por aceites esenciales (10%), ceras (30%), resinas (50%) y granos de polen (5%), una gran fuente de magnesio, níquel, calcio, hierro y zinc. Si se analiza con más detalle, son más de 200 compuestos los que químicamente definen a esta sustancia, siendo los flavonoides – como la galangina y la pinocembrina – los más abundantes, y los principales responsables de su actividad contra las bacterias, hongos y virus, así como de su potencial antiinflamatorio e inmunomodulador (1).
Por lo tanto, en base a las evidencias científicas actuales, se considera que el propóleos es posiblemente eficaz contra el herpes labial y genital, así como en la mejora de la cicatrización y la reducción del dolor y la inflamación después de una cirugía oral. En otras indicaciones como el resfriado, las úlceras, el acné, las quemaduras menores, etc. todavía no existen suficientes datos al respecto que apoyen su eficacia (2, 3). No obstante, son muchos los estudios que siguen investigando el potencial terapéutico de algunos de sus componentes, incluso contra el cáncer.
Y antes de despedirme, como el tema hoy va de abejas, aprovecho para mencionar la campaña de Greenpeace “Salvemos a las Abejas”, que reivindica el papel fundamental de estos insectos en el ecosistema. De hecho, un tercio de los alimentos que consumimos y cerca del 90% de las plantas silvestres dependen de la polinización, así que ya sabes, si quieres seguir alimentándote y utilizando el propóleos, ¡firma para protegerlas!
Advertencia: el propóleos puede causar reacciones alérgicas, especialmente en las personas que son alérgicas a las abejas o a los productos apícolas. Algunos expertos creen que algunas sustancias en el propóleos puede empeorar el asma. Su seguridad en menores de 12 años, mujeres embarazadas y en periodo de lactancia no ha sido establecida, por lo que, en estos casos, no se recomienda su uso. En caso de duda, consulta siempre a tu médico.
Referencias
- Huang S y cols. (2014). Recent Advances in the Chemical Composition of Propolis. Molecules, 19, 19610-19632.
- Propóleos. Medline Plus – National Library of Medicine
- Scientific Opinion on the substantiation of health claims related to propolis (ID 1242, 1245, 1246, 1247, 1248, 3184) and flavonoids in propolis (ID 1244, 1644, 1645, 3526, 3527, 3798, 3799) pursuant to Article 13(1) of Regulation (EC) No 1924/2006. EFSA Journal
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